“Cuando nos percibimos tan pobres que lo único que creemos tener son cosas, dinero, etc., hemos elegido la pequeñez”
Los que no han reconocido la verdadera riqueza (EXPERIMENTAR LA PAZ DE SER AMOR AHORA) aún son mendigos porque buscan “afuera”, migas de placer o realización para lograr aceptación, seguridad y el amor que ya son, ese tesoro del cual habló Jesús y que es infinitamente más de lo que el mundo puede ofrecer.
“No os hagáis tesoro en la tierra (mundo), donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21)
La iluminación, palabra de gran relevancia en los últimos días por aquello de la entrada de la humanidad en un nuevo estado de conciencia. A pesar que todas las corrientes filosóficas, religiones, dogmas… se fundamentan en ella, son pocos los que la han “alcanzado” y lo escribo entre comillas porque en realidad no hay nada que alcanzar, pues no hay nada que buscar, solo recordar, reconocer, saber, ser. Aunque para el “ego” (sistema de pensamiento basado en la separación y el miedo) pareciera que la iluminación fuese un logro sobrehumano, y por lo tanto lo que generalmente se cree en el mundo actual (proyección de ese sistema de pensamiento); es simplemente el estado natural de sentir la unidad con el Ser, lo inconmensurable e indestructible, lo que esencialmente somos. Es “encontrar”, reconocer, darse cuenta, ser consciente de nuestra verdadera naturaleza más allá del nombre que parece identificarnos (personaje) y de la forma (limitación) que creemos ser. Mientras no sintamos esa conexión (unidad) proyectamos la ilusión de la separación, percibiéndonos a nosotros mismos como fragmentos, partículas, individuos aislados los unos de los otros. Al percibirnos como lo que no somos, surge el conflicto interior y exterior, que llamamos miedo, como lo natural en nuestra vida...
Fragmento del Capítulo I de mi libro ETERNAMENTE AHORA
Paz y Amor, siempre!
No hay comentarios. :
Publicar un comentario