Realidad o Ilusión

1 jun 2016

“Así comienza Un curso de milagros, el cual establece una clara distinción entre lo real y lo irreal, entre el conocimiento y la percepción. El conocimiento es la verdad y está regido por una sola ley: la ley del amor o Dios. La verdad es inalterable, eterna e inequívoca. Es posible no reconocerla, pero es imposible cambiarla. Esto es así con respecto a todo lo que Dios creó, y sólo lo que Él creó es real. La verdad está más allá del aprendizaje porque está más allá del tiempo y de todo proceso. No tiene opuestos, ni principio ni fin. Simplemente es.

El mundo de la percepción por otra parte, es el mundo del tiempo, de los cambios, de los comienzos y de los finales. Se basa en INTERPRETACIONES, no en hechos. Es un mundo de nacimientos y muertes, basado en nuestra creencia en la escasez, en la pérdida en la separación y en muerte. Es un mundo que APRENDEMOS, en vez de algo que se nos da; es selectivo en cuanto al énfasis PERCEPTUAL, inestable en su modo de operar e inexacto en sus interpretaciones.” (Prefacio) UCDM.

Nosotros elegimos hacia a donde apuntar, a la Verdad o a la ilusión. El mundo que percibimos solo es un pensamiento ilusorio en nuestra mente errada, aunque los sentidos den fe de la aparente “realidad” de ese pensamiento ilusorio; pues el cuerpo hace parte de esa ilusión. Por otra parte, la mente recta o Espíritu Santo haciendo caso omiso de nuestras interpretaciones, solo reconoce la Verdad sirviéndonos como puente, ayudándonos a re-interpretar las ilusiones de acuerdo a Su sistema de pensamientos. El cual nos repite una y otra vez: nada de lo que percibes es real. Dado que el ego es completamente antagónico al Espíritu Santo, entonces interpreta haciendo a las ilusiones como reales dándole significado. Es como en un sueño, las imágenes y la experiencia del sueño aparentan ser reales y mientras la mente continúe soñando creerá que esas imágenes son reales cuando en realidad carecen de significado, solidez o contenido; solo son proyecciones que no significan nada.

Este mundo se basa en interpretaciones, es el mundo de la percepción, por lo tanto, no se basa en hechos. Al tomar conciencia de esto reconocemos que lo que nos afecta no son las imágenes, no son las ilusiones, sino la manera en que las interpretamos; pues el significado que tienen para nosotros quienes las proyectamos se lo hemos dado nosotros. Si las interpretamos como reales nos percibiremos como reales. Y así confirmaremos nuestra creencia de que estamos separados de Dios, fabricando o proyectando  ilusiones, es decir este mundo; basados en memorias, historias etc. Las imágenes que creemos estar viendo y la forma como nos relacionamos con ellas y con todo, está regida por el pasado, lo  cual usamos para justificar este momento, que creemos percibir.  Es la interpretación basados en ese “pasado” la que  proyectamos en imágenes, llámese personajes, situaciones, relaciones, objetos, lugares, etc.,

Al soltar las interpretaciones estando en el presente, es decir, dejar todas las historias a un lado comenzamos a experimentar una profunda paz, esa que sobrepasa todo entendimiento y que nos lleva camino a la verdad. Estaríamos experimentando el Reino de los cielos que tanto nos habló Jesús, aquí y ahora. "Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos." W-pI.155.1:1-3

Por lo tanto, elegimos apuntar a la realidad cuando le entregamos al Espíritu Santo la interpretación, no las situaciones, eventos, circunstancia o relaciones. Para que el re-interprete o muestre el significado, el real. Esto es pedir ver las cosas de otra manera.


Paz y Amor, siempre!



Erwin Griego Pizarro
Life Coach.



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