No sé, Dios estoy aquí…

8 jun 2016

“Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada afirma lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora. Cuando de este modo te niegues a enseñarte a ti mismo lo que no sabes, el Guía que Dios te ha dado te hablará" T-14.XI.6:6-10 UCDM

El momento presente, el instante santo o el ahora es un estado de completa aceptación, integración y por ende de UNIÓN con todo. El sistema de pensamientos del ego, con el cual nos hemos identificado hasta ahora, está basado en separación y se percibe como separado de este momento. Su propósito es que nos mantengamos en el pasado o que nos enfoquemos en el futuro, para perpetuar esa separación del momento presente. Esto es vital para el ego porque de eso depende su subsistencia; es decir la permanencia del “yo” falso que nos fabricamos.

Para el sistema de pensamientos del ego este momento es un momento de recuerdos o de expectativas del futuro. Por eso es que cuando se albergan pensamientos futuros en el presente experimentamos preocupación, ansiedad, incertidumbre. De la misma manera que cuando se albergan pensamientos pasados en el presente experimentamos culpa, rencor, frustración, venganza. Todo esto es la manifestación del miedo o ausencia de Amor, cuando hablamos de ausencia no hablamos que el Amor se fue, porque él no se puede ir, él lo abarca todo, sino hablamos de la ausencia del reconocimiento del Amor, como lo que realmente somos.

Parecería entonces que la práctica sería enfocar la mente en el presente intentando evadir, resistir o combatir pensamientos de un futuro o de un pasado, pero esa es otra estrategia del ego para mantenernos rechazando alguna parte de nosotros (separación). Y recordemos que se trata de aceptar, integrar y soltar.

La práctica de vivir en el presente, que entre otras cosas es lo natural para nosotros, pues solo podemos vivir verdaderamente solo en el presente, es más simple de lo que nos podamos imaginar. Es estar en un estado de completa aceptación de lo que es, sin etiquetar, sin justificar, calificar, etc., en fin; de hacer historias de nuestras circunstancias e incluso de nuestros pensamientos. Es simplemente la completa inclusión de todo. Es una actitud de "no sé, Dios aquí estoy…”

Al dejar de interpretar experimentamos la Paz que ha estado allí siempre, subyacente en lo más profundo de nuestra verdadera identidad, la Paz que sobrepasa todo entendimiento. Y con esta fluye la respuesta o la guía de la voz que habla por Dios, el Espíritu Santo, el Yo Superior, el Ser, el Cristo. No es la paz que nos ofrece el ego que es temporal cuando aparentemente todo esté “bien”. Sino la Paz que tiene lugar y permanece aunque las cosas no vayan “bien”, incluso haya dolor físico o se nos derrumbe el mundo.

Palabras de Jesús:
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tengan miedo” (Juan 14:27) BIBLIA RV 1960


Paz y Amor, siempre!



Erwin Griego Pizarro
Life Coach


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