No nos referimos al perdón como comúnmente lo ha utilizado la
teología contemporánea dentro de un contexto dual y de culpabilidad. El cual se
asocia al hecho de que porque somos “buenos” perdonamos las
acciones de los “malos” que han “pecado” contra mí o contra alguien. El perdón
dual y generalizado se basa en el que alguien o algo nos hizo algo y nosotros
perdonamos o viceversa. Entonces estamos reafirmando la existencia del mundo
ilusorio con un “otro” y un “yo”, es decir un victimario y una
víctima, cuando en realidad, solo hay uno. Aquí hablaremos del perdón como la
experiencia amorosa no dualista de soltar, aceptar, pasar por alto, descansar
en el Ser, y al hacerlo nos damos cuenta que no hay acciones malas ni buenas,
solo son acciones, que nosotros las percibimos como “malas” o “buenas” al
interpretarlas o darle el significado que el sistema de pensamiento ego les
otorga (juicio) de acuerdo a las creencias, paradigmas y esquemas, que hemos
adoptado en el pasado, ayudados y reforzados por aspectos, culturales,
geográficos, históricos, etc.
“Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma lo
siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo
tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado
para que me sirva de guía ahora.”
T-14.IX.6:6-9 (UCDM)
ETERNAMENTE AHORA, Capítulo El Perdón
ETERNAMENTE AHORA, Capítulo El Perdón
No hay comentarios. :
Publicar un comentario